DEEP WEB: el lado oscuro de la red

“La libertad consiste en poder hacer lo que se debe hacer”

-BALTASAR GRACIÁN

“La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía”.

-JOSÉ MARTÍ

La Deep Web… Crímenes por aquí, ideas libertarias por allí, leyes digitales repartidas… la revolución humana dentro de la era digital.

De ello se trata “Deep Web”, el documental dirigido por Alex Winter y estrenado este mismo año.

La película se interna en los misteriosos rincones de lo que se denomina la “Deep Web”. Para quienes no lo sepan, se trata, tal como lo indica su nombre, de la “Internet Profunda”. Es decir que es una porción considerablemente grande de Internet, la cual supera a la Surface Net, la Internet superficial en la cual navegamos normalmente.

Siendo 500 veces más grandes, la Deep Web, comprende una base de datos cuyos motores de búsqueda comunes, como Google o Bing, les resulta imposible acceder. Pues, los únicos medios son códigos, la proxyficación de muchos proxys y el uso de pseudónimos de nivel superior, como “.onion”, desarrollado originalmente por la Armada de los Estados Unidos.

Esto, visto desde un punto de vista básico… La información de la Deep Web consiste en plataformas dinámicas cuyos datos resultan imposibles de indexar, y por tanto de rastrear.

Uno de los mayores problemas que manchan la reputación de la Deep Web y alientan la proliferación de mitos, provocando que el uso de este término sea como nombrar un lugar oscuro dentro de las profundidades de la Tierra, es que facilita los crímenes. Pues, por un lado, los flujos de información son lo suficientemente rápidos y cifrados como para no dejar rastro. En este plano sumemos un nuevo actor, el “Bitcoin”, una moneda electrónica 99% efectiva que permite que compradores online realicen compras de manera “anónima”, garantizando la efectividad de la oferta y demanda privada. Existen otros bancos online, pero el más famoso, desde el 2012, es Bitcoin. Estos recursos son los que facilitan las compras ilegales, entre ellos, el tráfico de drogas.

En otros aspectos, la Deep Web es un lugar libre de leyes, a excepción de contratos o normas que los mismos usuarios pueden hacer, esta misma cuestión es de la que se habla en el documental. Es en este punto donde comenzamos a notar la nueva dimensión de existencia del ser humano. Los derechos y leyes de la política y la ciudadanía se volvieron obsoletos. Parece que finalmente estamos llegando a la cumbre de las tan desarrolladas visiones distópicas post-apocalípticas tecnológicas de los cyberpunks.

Otros lados oscuros de la “Dark Net”, corresponden a la presencia de sicarios o el fácil acceso que se tiene a la pornografía infantil u otros contenidos referidos a asesinatos, parafilias, etc.

En otros términos, nos encontramos con la ausencia de censura y la enorme accesibilidad de información, dependiendo de los niveles de la Deep Web. En los niveles más profundos podemos encontrar archivos secretos de gobierno o académicos. Y esto último es lo más discutido y comentado por la filosofía libertaria.

El documental citado, abarca en aspectos generales, esta visión panorámica de la Deep Web. Pero, a lo largo del mismo, se nota cómo el hilo de desarrollo se dirige al mercado negro más famoso, en sus tiempos, de tráfico de drogas: Silk Road, que en inglés significa “Ruta de la Seda”, en honor a la red de rutas comerciales históricas organizadas a partir del negocio de la seda china desde el siglo I a.C., por todo el continente asiático, desde, valga la redundancia, China hasta los reinos hispánicos europeos. Este matiz de significados se debe al alcance mundial de este mercado negro.

Silk Road fue lanzado en 2011 y podía ser accedido por cualquier usuario de TOR. Según el documental, no se sabe con certeza quién fue el creador, pero, en su apogeo, el administrador era “Dread Pirate Roberts”, quien fue identificado como Ross Ulbricht, según el FBI, y luego de que el sitio se cerrara, su reintegración fue recibida con menos popularidad que antes, ya que otros mercados como SheepMarket y The Black Market Reloaded habían cobrado fama durante su ausencia.

El documental inicia con un discurso del ciberpunk británico Amir Taaki, donde argumenta como muchos fascistas se ocultan bajo la apariencia de “caballeros blancos”, y anuncia de que es momento de que la “clase tecnológica” recupere su soberanía.

En un primer momento, Alex Winter, buscó centrarse en la Dark Net, Bitcoin, la encriptación, criptomonedas, etc. Pero a medida que sus investigaciones avanzaron, se dio cuenta que el significado que ostentaba la historia de Ross iba más allá de un mercado ilegal de drogas.

En sus palabras: <<(…) Entonces, lo que sentí que era lo correcto por hacer, éticamente y como un narrador, era presentar una imagen de este momento extremadamente extraño en el tiempo. Hubo personas reales allí. La mayoría de ellos estuvieron involucradas en la privacidad y el anonimato de Internet antes de que Ross Ulbricht lo estuviera.

Esto es lo que ellos piensan. Esto es lo que el gobierno piensa. Esto es lo que los libertarios piensan. Esto es lo que los criptoanarquistas piensan.

Esto es lo que todos los principales jugadores del mundo piensan.

Éste es un film que no pretende ser frustrante, pero no pasa desapercibido, que en este caso, resulta frustrante en muchos niveles>>.

Las últimas líneas dan a lugar a pensar que el propio Alex Winter se contradice a sí mismo. Pero no, lo único que afirma y trata de aclarar es que su documental es uno de los más críticos posibles. No lo enmascara bajo un sombrero blanco o uno negro. Esto puede ser validado en la gran cantidad de filmaciones a columnistas y especialistas en criptografía que encaran el lado bueno y el lado malo de la Deep Web.

El film presenta el tema desde un punto de vista filosófico y político-diplomático. Silk Road no es visto solo como un mercado negro de drogas, sino como una manifestación de la revolución digital, como una nueva unión de las personas.

Dread Pirate Roberts incluía muchas reglas en el sitio, evitando cualquier clase de acto relacionado con asesinatos o pornografía infantil. Es en todo este bullicio donde encontramos las inserciones de sus ideas libertarias, presumiblemente económicas libertarias.

Para entenderlo mejor, el libertarismo es una rama de la filosofía, cuyo pionero, según algunos estudiosos, fue Locke, quien creía que en el Estado de la Naturaleza, todos los hombres eran libres e iguales. Pero el libertario contemporáneo más influyente fue Robert Nozick, con su trabajo titulado “Anarquía, Estado y Utopía”.

El libertarismo, políticamente, se enfoca en la vigencia suprema de la libertad individual, cuyo límite es el derecho ajeno. Partiendo del liberalismo clásico y la filosofía anarquista, se aplica el principio de no agresión, es decir, toda relación humana debe ser producto de pactos a voluntad, y la fuerza solo puede usarse en defensa propia o cuando se incumple algún contrato.

Con estos principios, los libertarios se oponen a cualquier intervención por parte del Estado en decisiones referidas al cuerpo y los bienes.

La Deep Web, escondida de cualquier clase de ley, es la dimensión idónea para estos principios, más allá de las posibilidades criminalísticas.

Ross se enfocaba, principalmente, en la teoría económica liberal, desarrollada durante la Ilustración, en el siglo XVII, y elaborada por Adam Smith, un profesor de Lógica y Filosofía Moral formado en Glasgow y Oxford.

Sin embargo, el país que más sobresalió bajo este modelo fue Francia. Smith consideraba que la conducta humana obedece al egoísmo, la conmiseración, el derecho de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito del trabajo y la tendencia al intercambio. Pensaba que el hombre en libertad, conduce al bien común, en función de su propio beneficio. De esta manera, el ser humano es conducido por una mano invisible a promover un fin que no entra en su propósito, el bienestar general. Estas bases liberales son las que lo llevaron a idear la libre interacción entre oferentes y demandantes, sin ninguna intervención por parte del Estado.

Otro tópico ilustrado es la guerra del narcotráfico. Silk Road era visto por Ross y sus defensores como el “arma piadosa” contra esta guerra. Y para legitimar ello, se incluye a Neill Franklin, director de LEAP, una asociación policíaca a favor de la legalización de las drogas.

Neill asegura que luego de sus experiencias trabajando como policía de Maryland, la prohibición de las drogas resulta contraproducente para la seguridad pública. En este contexto se abarca la violencia policiaca. Planteado en este contexto, el consumo de drogas parece algo inevitable, así que, legalizarlo en el medio online, luce como una alternativa menos dañina que la presente.

Como dijo Winter en una entrevista: << (…) No es blanco o negro. Silk Road fue el trabajo de personas jóvenes, inteligentes y de mentes idealistas que no estaban allí solo por dinero. Ellos realmente buscaban cambiar el mundo. Eso no significa que ellos son increíbles. Sólo es un hecho. Y el hecho es que Silk Road lo logró. Ha cambiado al mundo. Ya hay una proliferación de mercados online que están comenzando a descentralizarse de una manera muy efectiva como para detenerse. Estamos en la infancia de esta era.

¿Es eso bueno? ¿Redujo el crimen e hizo el tráfico de drogas más seguro? Claro que sí. Ha removido muchísimo el daño y la violencia que conlleva comprar drogas de distribuidores y vendedores del mercado negro. ¿Es una especie de panacea para el mundo de las drogas? Claro que no. ¿Está completamente alejado de los aspectos oscuros de las droga a partir de la interacción con el vendedor? Claro que no. ¿Pero tuvo algunos aspectos beneficiosos y positivos en el mundo de las drogas? Sí, lo tuvo. ¿Lo tendrán otros mercados? Sí, lo tendrán, también>>.

La forma de actuar del gobierno y el FBI no se sabe con certeza, y es un punto que se plantea en el film. No se sabe si la cuarta Enmienda (garantía de la constitución estadounidense que solo permite investigaciones o registros en búsquedas supervisadas por jueces y bajo una “causa probable”) pudo haber sido violada, y si se hallan usado métodos ilegales como el hackeo.

En mi opinión personal, el documental esconde muchos aspectos importantes. No solo se habla de la Deep Web como un lugar oscuro que facilita el crimen, sino también como un arma en contra del fascismo y la dictadura. Tenemos mucha historia para ser conscientes de que ningún sistema se puede adaptar a las necesidades del ser humano. Como afirmaba Nozick en su tesis: “si se quiere preservar la libertad no se puede sostener ningún «modelo» de distribución y, además, que cualquier modelo que se elija o se imponga es injusto”.

El ser humano merece el derecho de privacidad y libertad, tanto para expresarse, como para informarse, y poder elegir. Estas elecciones no deber girar alrededor de las opciones más mundanas como marcas de ropa, autos, comida… Estas opciones deben girar en torno a los rincones más profundos de nuestras personas. No eres lo que vistes, no eres lo que comes, o lo que tienes, eres lo que piensas y lo que sientes.

¿Cómo podemos estar seguros de que lo que pensamos ha nacido verdaderamente de nosotros? Vives rodeados de medios de comunicación con limitaciones. Vives bajo reglas morales y éticas. Has tenido una educación por parte de mayores. Vives bajo una cultura impuesta. Vives en esta nueva era.

Nunca sabremos si lo que mostramos como seres humanos puede ser distinto. Pero… ¿si no lucháramos tanto contra nuestra naturaleza, no sería este un mundo menos tensado y entrópico?

La libertad nos asusta en el fondo, y es muy difícil no confundirla con el libertinaje.

No estoy segura que legalizar la venta de drogas sea una de las mejores medidas posibles, pero es cierto que la violencia policíaca se reduciría. Lo “antiético” de la situación es que se estaría legitimando el daño auto infligido. Otro riesgo es que las personas bajo el efecto de las drogas sufren daños irremediables en los circuitos cerebrales, y por ende en el comportamiento. No es raro oír casos de asesinatos o ataques por parte de gente drogada.

La polémica del tema va muy lejos. Y cualquiera podría pensar que Ross y todos los libertarios podrías haber empleado otros medios para manifestar y defender sus ideas, más allá de un mercado de drogas online. No estoy segura si solo se trató de una estrategia para hacerse escuchar o de una excusa para disfrazar sus intenciones.

Tal vez el único medio para hacer que el mundo oiga es tomar las armas y prepararse para la guerra. Como dice el dicho “Si quieres paz, prepárate para la guerra”.

<<Algún día, podremos ser un faro de esperanza para los oprimidos del mundo, así como muchas de las almas oprimidas y abusadas que han encontrado refugio aquí.

¿Pasará del día a la noche? No. ¿Pasará en una vida? No lo sé. ¿Vale la pena pelear hasta el último aliento? Por supuesto.

Una vez que vislumbras lo que es posible, cómo podrías hacer lo contrario>>.

DREAD PIRATE ROBERTS

IMAGEN FUENTE: http://ia.media-imdb.com/

OTRAS FUENTES: http://www.deepweb.es/

www.wikipedia.org

http://www.csmonitor.com/

http://elbitcoin.org/

2 comentarios en “DEEP WEB: el lado oscuro de la red

  1. Me parece excelente tu blog, sobre todo por lo actualizado. Sin embargo, la ligazón entre libertarismo y la ideología liberal me parece dudosa. Incluso creo que libertario, libertarista y liberal son cosas distintas. Pero más allá de eso, su aplicación práctica se ve cuestionada a través de los usos de la deep web y de casos como el de Ross.
    La figura de Adam Smith (y de séquitos como Friedman) y su influencia en el actual Neoliberalismo me parece nefasta. No veo la internet como consecuencia de un estado de tecnificación capitalista, sino como simple avance del pensamiento humano. No creo en el primitivismo pero veo mucho más salvaje el sistema económico en que vivimos.
    No creo tener la panacea al respecto pero los libertarios virtuales deberían (acaso, debemos) plantearnos contra cualquier intento de hegemonización del poder y eso incluye, tanto al Estado como a la empresa privada. De ahí algunas preguntas que salen al respecto de la propiedad privada o del liberatismo económico versus social.
    La referencia de Robert Nozick no la manejaba. La revisaré 🙂

    http://sin-adjetivos.blogspot.com/
    http://sin-adjetivos.blogspot.com/
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    • En primer lugar, quiero darte las gracias por haber visitado mi blog y haber leído el post, que admito, es bastante largo. Todavía debo corregir aquello. Suelo sobrepasarme con las palabras, como habrás notado :-/
      Tu observación sobre los términos derivados de «libertad» es muy elocuente y bien atinada. De hecho, libertarista y libertario, es más o menos lo mismo. Un libertario es aquel que practica la filosofía libertarista. Por este motivo se los puede llamar libertaristas también. Liberal, no. Ese término está relacionado, más bien, con un patrón de conducta. Es decir, dícese de aquel que respeta la opinión del resto y es una persona contraria al conservador. Tiene una aceptación mucho más abierta. Supongo que por estos rasgos es mucho más sencillo confundir las palabras. Es probable que la diferencia más radical se centre en que liberales y libertarios responden a filosofías distintas, Una es menos estricta y estructurada que la otra.
      Concuerdo con tus cuestionamientos sobre el libertarismo virtual. Casos como los de Ross siempre despiertan la polémica y dejan un montón de preguntas sin responder. Algunas ideas y opiniones son muy difíciles de justificar y aplicar en un mundo donde, al parecer, sin la presencia de la corrupción es muy difícil que te oigan. Uno de esos aspectos es donde encaja el «salvajismo del sistema económico» como muy bien has dicho y planteado tú.
      Nozick es una de las figuras líderes y pioneras del libertarismo. Existen otras, claro está, como Stuart Mill, que cité en el post anterior 🙂
      Nuevamente, muchas gracias por tu apreciación al blog y espero que vuelvas a visitarme.
      Estuve navegando por el tuyo y me parece espectacular. Me encantó la cita de Fontanarrosa que has colocado al inicio del artículo «El nescafé de las artes del peluquín». Excepcional…
      No dejes de escribir y pasear por aquí colega bloguero.
      Un saludo 😉

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